(Mt 9,9-13) |
Supongo que esa es la diferencia, estar o considerarse enfermo o sano. Porque una cosa es cierta: estaremos enfermos alguna vez. Cuando no nos pasaremos más tiempo enfermos que sanos. Pero podríamos pensar que estar necesitados de sanación es lo mismo que estar en actitud de búsqueda de salvación.
No responderá aquel que se siente bien, sano y no necesitado. Es más, no estará en actitud de búsqueda aquel que ya, al parecer, está conforme y se resigna a aceptar lo que la vida le ofrece. Se siente sano y satisfecho con lo que posee. Difícilmente escuchará o se moverá para buscar algo más. No busca porque cree que ya tiene lo que necesita.
Sólo el que está necesitado, es decir, los enfermos, buscarán y necesitarán ser curados. Esa es la cuestión y el móvil principal. Jesús te busca porque sabe de tu enfermedad, y te ofrece la curación, curación eterna. ¿Estás tú dispuesto a dejarte curar?
Hoy, el Evangelio, nos cuenta que Mateo fue invitado a esa curación, y escuchó, y acepto ser curado.
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