martes, 24 de diciembre de 2013

CANTO DE ZACARÍAS

(Lc 1,67-79)


Nos cuestas ver las cosas, y también comprenderla. Supongo que eso es la consecuencia de nuestra condición humana y pecadora. Somos más propensos a las cosas materiales, a los apegos y a los sentimientos que desprende nuestra naturaleza humana. Es natural, somos hombres enfermos y necesitamos del médico. Pero no de un médico cualquiera que cure nuestras dolencias físicas o materiales, sino de un Médico que nos salve y nos libere de esa esclavitud.

¡Cuántas veces vemos oscuras las cosas, negativas, de manera pesimista! Si tuviésemos la visión sobrenatural de los hechos que muestra Zacarías en el Canto del Benedictus, viviríamos con alegría y esperanza de una manera estable. Esa es la Navidad, o al menos por donde la debemos ver. Es el canto de esperanza a sentirnos liberados y no necesitados de lo que ahora, mientras andamos peregrino por este mundo, tendremos necesidad.

Desde este pensamiento entendemos la alegría de Zacarías, y también nuestra propia alegría. Es noche de esperanza, de alegría de cánticos y fiesta porque ha nacido el Redentor, el Salvador del mundo que nos librará de nuestras ataduras y nos dará la vida gozosa y eterna junto al Padre Dios.

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