lunes, 23 de diciembre de 2013

JUAN PREPARA EL CAMINO


(Lc 1,57-66)

No tiene otra misión, Juan el Bautista, sino la de preparar el camino del Señor. Si hay una misión clara es la de Juan. Su nacimiento fue anunciado y preparado para preparar la venida del Señor, y los acontecimientos que en él se producen descubren a cada instante que su aparición prepara ya la aparición de Jesús en la vida pública.

Su nombre, Juan, le viene asignado ya desde arriba y en él trae su misión. Juan proclama la venida del Mesías, el Libertador. No es él el esperado, ha de venir otro más grande que él a quien no es digno de atarle el cordón de sus sandalias. Lo anuncia de viva voz y está presto a desaparecer en cuanto Jesús irrumpa en la vida pública. Juan descubre y testimonia una gran humildad.

¿Estamos nosotros en la misma actitud de anunciar a Jesús y no anunciarnos nosotros? Porque a veces, o casi siempre, por nuestra condición de pecadores, nos entretenemos en aparentar, en mejorar nuestra aspecto físico, en preocuparnos más de lo exterior que interior; en entretenernos más en lo superficial que en lo profundo y verdadero.

Anunciar a Jesús lleva implícito estar dispuestos a desaparecer para que aparezca Él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.