domingo, 22 de diciembre de 2013

MARÍA ARRIESGÓ SU VIDA

(Mt 1,18-24)

María ofreció su vida al hacer la Voluntad de Dios. Nunca había contemplado su Fiat desde ese punto de vista. No sé por qué hoy me viene al pensamiento esa forma de verlo. Porque ella sabía que presentarse en cinta sin concurso de ningún varón era difícil, por no decir imposible, que José lo entendiera, y de denunciarla podría ser lapidada.

Tampoco había descubierto la bondad y amor de José, porque pensar en repudiar a la que consideraba que le había traicionado en secreto, descubre un gran amor. Experimento que cuando uno se siente engañado por cosas pequeñas, e incluso sin ser reales sino en el pensamiento propio, siente deseos de repudio, de alejamiento y de desprecio. Me pongo en el lugar de José.

¡Qué maravilla el amor! Lo soluciona todo, lo entiende todo y lo acepta todo, incluso el peligro de muerte. Así María descubre y transparenta su amor al Señor, y José su ciega fe y obediencia en María y en Ángel del Señor. Ambos son figuras y ejemplos para nuestro camino en el Señor.

Sólo una palabra: Gracias Dios mío por el Nacimiento de tu Hijo, y de la Familia que lo amamantó y lo educó.

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