lunes, 9 de diciembre de 2013

CREER QUE YO SÓLO ME BASTO

(Lc 5,17-26)

 Eso nos ocurre a cada uno de nosotros. Pensamos que sólo nosotros podemos arreglar nuestra vida. Y aunque creamos que necesitamos a Dios, nos comportamos como si nos bastara con nostros mismos. Y así nos va, nos apartamos de Dios y nos resistimos a abrirnos a su interveción y a su perdón.

Pensamos, incluso, quien es este que se atreve a perdonar nuestros pecados. Dudamos de su perdón y murmuramos contra Él. Eso lo hacemos cuando nos enemistamos y le damos la espalda. Le estamos diciendo que no creemos en su perdón y que Él no tiene poder para perdonar los pecados. Eso sólo le compete a Dios, y Él no es Dios.

Nos sorprendemos de todo esto, pero nosotros también actuamos asi cuando rompemos nuestra relación y amistad con Él. Es más, no nos acercamos a la Penitencia porque no nos creemos perdonados ni que Él tenga poder para perdonarnos. Y podemos decir que si creemos, pero no damos un paso hacia delante, y las cosas sólo se demuestran cuando se hacen.

Bien decía el Señor que no todo el que dice Señor, Señor... entrará en el Reino de mi Padre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.