Mc 9,14-29 |
La fe es vital y todo se puede con fe. Son Palabras dichas por Jesús: Entonces Él preguntó a su padre: « ¿Cuánto tiempo hace que le viene sucediendo esto?». Le dijo: «Desde niño. Y muchas veces le ha arrojado al fuego y al agua para acabar con él; pero, si algo puedes, ayúdanos, compadécete de nosotros». Jesús le dijo: « ¡Qué es eso de si puedes! ¡Todo es posible para quien cree!».
Es verdad que la duda está siempre presente y que se apodera de nosotros en cada instante, pero, también es verdad que Jesús es el Hijo de Dios, y lo puede todo porque lo ha demostrado con esta curación, con otras muchas que conocemos que ha hecho y, sobre todo, con su Resurrección. Por tanto, yo también creo, Señor, que Tú eres el Hijo de Dios y que tienes Palabra de Vida Eterna.
La fe es un proceso que tiene y exige su tiempo; la fe necesita sus etapas y también su tiempo de crisis, de dudas y de contradicciones. La fe es una experiencia que va tomando conciencia y va madurándose en lo más profundo de nuestro corazón. La fe es confiar y ponerse en Manos de quien lo puede todo, y ese es Jesús, el Señor, el Hijo de Dios Vivo. La fe es un don de Dios y como tal hay que pedírsela.
Yo creo, Señor, a pesar de mis dudas, mis pecados y mis miserias, que Tú eres el Hijo de Dios, el Mesías prometido que has bajado de los cielos para darnos a conocer a tu Padre y nuestro Padre. Tú, Señor, eres el libertador, el que nos salva y nos liberas del pecado y, por tu Pasión y muerte, nos rescata de la esclavitud del pecado para, por la Misericordia del Padre, compartir su Gloria y Vida Eterna.
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