sábado, 31 de marzo de 2012

TODO ES CUESTIÓN DE INTERESES

Lectura Evangelio según San Juan 11,45-57. Al ver lo que hizo Jesús, ...


Y ahora ocurre lo mismo, es cuestión de partidos, de ideologías, de poder, de intereses... No hay razón para promover una huelga, porque si el país está mal económicamente es por culpa de los que gobernaban hace solo tres o cuatro meses. Se actúa por otras razones que subyacen dentro del hombre mismo. 

No se camina en la verdad, ni tampoco se busca la verdad. Importa poco el bien común, sólo se busca mi bien y el del partido en que participo. Así si el partido gobierna, también gobernaré yo. Y se manipula y engaña a los demás buscando el bien mío y el de unos pocos.

Eso ocurrió hace ya unos dos mil años con Jesús. Sus palabras eran manipuladas porque no interesaba creerla ni dejar que otros las creyesen. Hay testigos, hechos y obras que demuestran la divinidad de Jesús, pero se mira a otro lado, se disimula y se miente. No podemos admitirlo porque se nos viene nuestro poder abajo. 

Esa es la verdadera razón por la que se persigue a la Iglesia, como se hizo con Jesús en su tiempo. Hay que tapar toda verdad, porque si lo dejamos la gente creerá y toda nuestra política y objetivos quedarán a la luz, y serán descubiertos como mentirosos y falsos.

 Jesús es la Luz y la Luz no se puede ocultar. Tarde o temprano sale a relucir y descubre la mentira y todo lo que se esconde en la hipocresía y falsedad. Porque la Verdad busca el bien de todos, y pone al hombre en el centro del mundo. Todo está en función del hombre y creado para el hombre.

Por eso, los sumos sacerdotes y los fariseos planean su muerte. Quitando a Jesús del medio creen que todo se terminará. Y convencen y manipulan al pueblo para que sea condenado. Sus ojos estaban ciegos por la avaricia y la codicia. 

Lo mismos ocurre ahora. Cegados por el afán de poder, matan a niños inocentes, vivos en el seno de sus madres. Crucifican a Jesús en esos niños nacidos en el seno materno, en los pobres excluidos, en los cristianos perseguidos y condenados a muerte... La crucifixión se repite. Volvemos a matar a Jesús. Pues el dijo que todo lo que hicieran a uno de esos pobres, a Él se lo hacían.

Señor, perdónanos nuestros pecados. Danos un corazón nuevo, puro y renovado para que seamos capaces de abrir nuestros ojos y verte como el hijo prodigo. Para que seamos capaces de levantarnos y humillarnos, e ir hacia Ti con un corazón contrito. Amén.

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