(Lc 2,22-40) |
Quizás nosotros tenemos también una señal o aviso de que podemos encontrarnos con el Señor. Posiblemente mucho más fácil que Simeón, porque tenemos la Palabra de Jesús y el testimonio de los Apóstoles. Simeón se dejó guiar por el Espíritu Santo y obedeció su impulso, e iluminado descubrió al Señor Jesús en la presencia del aquel Niño, que con sus padres cumplían la ley establecida.
La pregunta, al menos a mí, que me interpela la Palabra de hoy es: "Me preparo y estoy atento a descubrir el Impulso del Espíritu en mi corazón? ¿Estoy disponible a abandonarme y obedecerle, como Simeón, con mi vida a su servicio?
Señor, dame la Gracia de escuchar tu llamada y de poner mi vida a tus pies para que sea tu Espíritu quien la dirija según tu Voluntad.
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