jueves, 6 de octubre de 2016

SIENDO MALOS HACEMOS COSAS BUENAS


Lc 11, 5-13
Sin lugar a duda que somos pecadores. ¡Qué levante la mano el que este limpio de algún fallo, error o egoísmo! Todos estamos manchados y ese es nuestro origen, el pecado original. Somos pecadores y eso significa que cometemos errores y hacemos cosas malas. Pero también, por propia experiencia hacemos cosas buenas.

Al lado de todo esto, experimentamos que si abandonamos, cuando nos proponemos algo, a la primera de cambio, no conseguimos nada. Experimentamos que se hace necesario insistir y perseverar en la petición o en el objetivo que queremos conseguir. Es decir, "el que no llora no mama", es el refrán que todos hemos oídos y que admitimos que tiene mucho de verdad. Hay que insistir y perseverar para conseguir muchas cosas.

Y eso es lo que Jesús nos propone hoy en el Evangelio, la necesidad de perseverar e insistir. Recordamos la parábola del sembrador y nos podemos identificar con aquella semilla que cae en tierra poco profunda, y que parece resurgir rápidamente y da flores hermosas que alegran la vida, pero, llegada la primera embestida desisten porque sus raíces no eran lo suficientemente profundas.

Igual nos puede pasar a nosotros si abandonamos la petición, la perseverancia, la insistencia y no cansamos a nuestro Padre Dios, que, incansable, nos escucha, nos anima y nos va respondiendo en la medida de lo que necesitamos y conviene. Porque, el problema es que no sabemos pedir ni lo que realmente nos conviene.

Tengamos confianza en nuestro Padre Dios, que nos anima a que le pidamos, pero no sólo con las palabras, sino también con nuestras vidas, con nuestra perseverancia, con nuestra confianza e insistencia. Porque quienes creen rezan y piden, porque tienen puesta todas sus esperanzas en Aquel que les escucha y les atiende.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.