Hace dos mil ocho años nació un hombre en un establo, entre animales de cargas y trabajo. Esta imagen no tendría ningún significado, más allá de la vulnerabilidad humana, si no fuera porque este hombre dijo de ÉL ser DIOS.
DIOS nacía de mujer en unas circunstancias llenas de Misterio, en una noche en la que los únicos testigos fueron los más humildes, ¿es posible? Se trata de una imagen absurda para la inteligencia humana.
¿Qué sentido tiene que el Creador de la Historia entre en la historia por la puerta de atrás? ¿Por qué? Y lo que resulta más difícil aún, ¿qué tiene que ver todo esto conmigo? ¿Ese nacimiento tiene importancia para la vida de alguien del siglo XXI? ¿Para mi vida?
De enfrentarno a esta pregunta depende que mi vida tome un giro nuevo y busque el verdadero sentido al que estoy llamado: "conversión". O que todo quede reducido a un seguir rutinario de cada día, acomodado, establecido, sedentario y practicante, pero nada más.
CONVERSIÓN, significa dejarse llevar; dejarse conducir; confiar y tomar la dirección que te es marcada, en este caso, por la Palabra que el ESPÍRITU siembra e ilumina. No es primero el convencimiento, ni la comprobación, ni las pruebas. Es fiarse al estilo de la Virgen: hágase en mi TU Palabra, sin más preguntas ni explicaciones.
Es todo lo contrario de lo que los criterios humanos demandan: primero convencer y luego seguir, porque estoy convencido. Con el SEÑOR cambia todo: primero abrete, di SÍ y luego irá naciendo, a través del ESPÍRITU, la Luz en ti. Porque su Reino no es de este mundo. Por eso está destinado a los pequeños, a los humildes, a los pobres.
No quieras convertirte sin dejar de ser rico, suficiente, arrogante y exigente. No quieras dar un giro a tu vida sin antes dejar de hacer preguntas y pedir explicaciones. Se te darán después, en el camino, en el peregrinar de tu propia vida. Lo experimentarás y lo palparás como Tomás, como los de Emaús, como Pedro y Juan en el sepulcro, como la Magdalena en el huerto...etc. Con JESÚS, diferente al mundo, la prueba viene detrás del algodón.
Ahora pronto empieza la Cuaresma y es el camino que nos puede afianzar y arrimar un poco más, para eso son los años de gracia que el SEÑOR nos concede, a la compañía del SEÑOR. Más tarde, cuando lo vayamos descubriendo, no querremos, como los de Emaús, que se vaya.
Les dejo este vídeo como camino para la reflexión.
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