Seguramente levantaran muchos la voz para clamar que los que afirmamos que seguir los criterios mundanos están ciegos, estamos locos. Y muchos les darán la razón porque la vida es maravillosa vivirla según sus propias convicciones y dando rienda suelta a nuestras apetencias de bienestar, comodidad, bien vivir y gozar de todo los placeres, creados por DIOS para el disfrute del hombre.
Sin embargo, eluden y apartan que todo lo creado lo ha puesto DIOS PADRE para todos sus hijos y no sólo para unos cuantos. Porque ésta es la diferencia y la realidad de lo que ocurre: todo lo creado para el disfrute de todos, se ha quedado en unos cuantos. Es la cizaña que ha crecido junto a la semilla buena, y la contamina y perjudica impidiéndole crecer y desarrollarse ofreciendo todos sus frutos y su cosecha abundante.
Pero la promesa de JESÚS es que la cizaña será arrancada a su debido tiempo y su Palabra es Palabra de Vida Eterna. Y esa es nuestra fe y esperanza que, cuando, dónde y cómo el SEÑOR quiera, el bien, la buena semilla vencerá a la mala y la vida triunfará sobre la muerte. Sería inútil seguir argumentando y razonando la verdad que el hombre desea y persigue. Sólo nos basta la Palabra de JESÚS, porque de ÉL nos fiamos, porque en ÉL se ha cumplido todo lo vaticinado, y porque ÉL ha resucitado: "El que tenga oídos que oiga".
Sin embargo, eluden y apartan que todo lo creado lo ha puesto DIOS PADRE para todos sus hijos y no sólo para unos cuantos. Porque ésta es la diferencia y la realidad de lo que ocurre: todo lo creado para el disfrute de todos, se ha quedado en unos cuantos. Es la cizaña que ha crecido junto a la semilla buena, y la contamina y perjudica impidiéndole crecer y desarrollarse ofreciendo todos sus frutos y su cosecha abundante.
Pero la promesa de JESÚS es que la cizaña será arrancada a su debido tiempo y su Palabra es Palabra de Vida Eterna. Y esa es nuestra fe y esperanza que, cuando, dónde y cómo el SEÑOR quiera, el bien, la buena semilla vencerá a la mala y la vida triunfará sobre la muerte. Sería inútil seguir argumentando y razonando la verdad que el hombre desea y persigue. Sólo nos basta la Palabra de JESÚS, porque de ÉL nos fiamos, porque en ÉL se ha cumplido todo lo vaticinado, y porque ÉL ha resucitado: "El que tenga oídos que oiga".
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