Seguir a JESÚS significa acompañarlo e imitarlo a cambio de nada. Seguir a JESÚS significa no saber donde dormir ni donde comer. Significa no tener donde reclinar la cabeza, porque el HIJO del Hombre no tiene casa, ni cama, ni lugar donde retirarse. Su vida está dedicada y consagrada a darse en Cuerpo y Alma para remisión de los pecados de los hombres, sus hermanos.
Esto significa que para seguir a JESÚS hay que mirar hacia ÉL y dejar todo lo demás, incluso padre, madre y hermanos. Nada puede interponerse en medio, si bien, las cosas están para el servicio y el camino, nunca deben ser obstáculo que impidan caminar. Ni tampoco las personas, porque sólo DIOS basta.
SEÑOR, que mi camino sea tu Camino, que
mi palabra sea tu Palabra, que mis
actos sean fiel reflejos de los
tuyos.
Y nada más importa. A tu lado me basta
y descansado en TI, todo me sobra. Amén.
Pido para que con Su ayuda sea capaz de cumplir lo que dices aquí...
ResponderEliminarUn abrazo!
Esa es nuestra meta, alcanzar la perfección en el ESPÍRITU SANTO. Y, por nuestra fe, debemos confiar que en ÉL lo alcanzaremos. Son muchos los que lo han alcanzado ya.
ResponderEliminarEn ese sentido no debemos tener miedo. Es lo que nos decía uno que ya lo ha logrado, por su fe, Juan Pablo II.
Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.