domingo, 11 de agosto de 2019

ESPERANDO PREPARADOS

Resultado de imagen de Lc 12,32-48
Lc 12,32-48
Todos los días son de espera, de espera constante porque a cada instante todo puede cambiar. Es verdad que pronto nos acostumbramos a hacer colas. Cola para la compra, cola para el cine, el autobús, el médico...etc. Cola para casi todo. Pero, esas esperas digamos que entran en el ruedo normal de la vida. No se puede atender a dos a la vez y uno tiene que esperar que termine el otro. Pero, por encima de esa espera corre el tiempo de nuestra propia vida. Y esa espera no está programada, puede llegar en el momento más inesperado.

La espera en el argot cristiano significa tiempo de preparación y vigilia ante la venida del Señor. Y es que no sabemos cuando llegará y eso nos descubre que puede sorprendernos. Luego, para evitarlo necesitamos estar siempre preparados. Diríamos esperando preparados. Y esa preparación consistirá en sostener siempre nuestra lámpara encendida y con la alcuza llena de aceite, decíamos el otro día. 

Nuestro destino es el Cielo, porque allí encontraremos lo que tanto buscamos aquí, la Vida Eterna y plenitud de gozo y felicidad. Por lo tanto, lo primero es saber para lo que tendremos que estar preparados, pues eso nos ayudará a permanecer vigilantes en nuestra preparación. No podemos perder de vista nuestro destino y nuestra meta. Necesitamos tenerla siempre grabada en el corazón para sabernos en esa actitud vigilante, que no es otra que la de tener siempre presenta al Señor en nuestro corazón.

Y nuestros ejercicios, parodiando un símil, consistirán en sostener nuestra fe con nuestras buenas obras. Se trata de ir dando todo lo que hemos recibido para bien de los demás. Si hemos recibido mucho, mucho hemos de dar. No podemos contentarnos con dar la que da otro o lo que nos parece justo, sino todo lo que tenemos, porque todo lo hemos recibido de Dios gratuitamente y gratuitamente, valga la redundancia, tendremos que darlo. De no ser así podemos ser sorprendidos en una de las vigilias de nuestra vida y perder el único y verdadero Tesoro. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.