miércoles, 4 de junio de 2008

NO TENGO PRESIDENTE, NI GOBIERNO


Me confieso laico creyente, porque un laico puede ser un creyente católico, comprometido por su bautismo en sacerdote, profeta y rey. Un laico es un seglar bautizado, pero también puede ser un seglar no bautizado y, por supuesto, no creyente ni católico.




Ahora, si soy católico y pertenezco a un partido político, ¿con qué derecho me impiden jurar ante el signo de la Cruz que testifica y representa mi fe? Es eso justo, o, ¿es que los católicos no pueden pertenecer a un partido político? ¿Es que todos los miembros del partido socialista, hoy en el gobierno, son todos no creyentes? ¿No hay ninguno católico y, por lo tanto, digno de jurar ante un Cruxifijo o Biblia por su fe? ¿Es esta una nación libre, respetuosa y justa de acuerdo con su Constitución, o es una nación totalitaria, dictatorial donde las cosas te vienen impuesta digan lo que digan?




Me parecen verdaderos disparates lo que se está intentado hacer cuando hay verdaderos problemas dónde debe el Gobierno fijarse por el bien de todos los españoles. No puedo calificar estas cosas sino de niños que juegan a ver quien hace su voluntad sin mirar como queda el otro. ¿Dónde está la responsabilidad de nuestro Gobierno?




A la Sra. Vicepresidenta Fernández de la Vega no se le puede hacer caso, porque donde dice hoy blanco, mañana dice negro. O una de dos, no sabe lo que dice. La aludida señora dijo el 7 de mayo en el Congreso: "nos proponemos revisar la Ley Orgánica de Libertad Religiosa, para adecuarla a las nuevas circunstancias y al pluralísmo religioso que caracteriza la España de hoy. Y después, fuera de sede parlamentaria, declaró: "hay que proteger todas las creencias, la de los católicos, musulmanes, judíos, evangélicos, y también las de los que no creen.




Y bien Sra. Vicepresidenta, usted debe ser una defensora a ultranza de las mayorías, porque la democracia descansa en las mayorías, ¿o no es así? Debemos aceptar el voto de las mayorías y respetar lo que los ciudadanos, soberanos electores, eligen o votan. Supongo, es más, estoy totalmente convencido que ustedes son verdaderos defensores de este pensamiento democrático que les dignifica y personaliza.




Pues bien, sí eso es así compruebe usted que la mayoría de este país es católica. Observe usted las celebraciones religiosas, las bodas por la Iglesia, bautizos, primeras comuniones. No me diga que la gente lo hace por reírse de si misma, o por gusto, o por cualquier otro motivo. ¿O me va a decir que para unas cosas la gente es madura y sabe lo que hace, por ejemplo para votar cuando sale su partido sobre todo, y para otras cosas con las que su partido no está de acuerdo no saben lo que hacen, o son unos niños? ¡O su explicación es según suba o baje la marea?




Usted, como su Gobierno, con el Sr. Zapatero a la cabeza deben proteger la cultura religiosa y procurar que se respete, que se pueda dar libremente a todo el que quiera, que tenga todas las posibilidades y libertades para expresarse, para proclamarse, para denunciar lo injusto y malo, para testimoniar sus principios en pro del bien común de la persona humana. Y debe empezar por la de más calado y mayoría, porque por derecho se lo merece. Y esa es, como usted sabe, la religión católica. Bien, si usted ha hablado de protección, proteja, pero no diga una cosa y vaya haciendo otra.




Por la misma razón, ustedes, Srs. del Gobierno, no deben imponer nada que no sea beneficioso para el bien de todos, como puede ser: respetar la ley, ponerse el cinto de seguridad, no conducir ebrio, exigir a los menores que se eduquen... etc. pero no un tipo de educación inventada y sugerida por ustedes. ¡Eso no es bien común! La educación la eligen los padres libremente, la que ellos creen que es la mejor para sus hijos. Y, cuando sus hijos sean grandes, la eligiran ellos.




Las cosas no tienen vuelta de hoja. Están muy claras, y cada momento que siguen empeñados en hacer sus voluntades, se van delatando las malas intenciones que tienen.

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