jueves, 29 de septiembre de 2011

NO ES TAN SENCILLO CREER... (Jn 1, 47-51)


Muchos han creído a lo largo de toda la historia. Creyó Abrahan, Isaac, Jacob... María, José... Pedro, Santiago, Juan... el Centurión, el buen ladrón y muchos y muchos... Pero esa fe, regalo de DIOS, hay que buscarla y dejarse empapar de ella como si de niños que creen todo lo que sus padres les dicen.
Hablar de que Natanael creyó porque JESÚS le adivinó que poco antes estaba sentado debajo de la higuera, es hablar de muchas cosas que nos dicen y que no podemos rebatir y sentimos como verdaderas, pero no por eso creemos. Hablar de que la Ley Natural que habita en nuestro corazón coincide con la que JESÚS proclama con su Palabra, es como decirnos que sabe como somos, qué pensamos y qué queremos, pero no por eso creemos.

Sin embargo muchos si que han creídos. Y el apóstol Natanael, más tarde, San Bartolomé, creyó desde el primer momento cuando JESÚS le dijo que le conocía. También a nosotros, a cada uno de nosotros, JESÚS, nos conoces y nos llama y nos adivina que queremos y que buscamos. Sabemos, aunque miremos para otro lado, que lo que buscamos sólo ÉL nos lo puede dar.

SEÑOR, TÚ, sólo TÚ tienes Palabra de Vida
Eterna. ¿A quién iré? Sólo en TI podré
encontrar lo que busco y deseo.

Dame, SEÑOR, esa felicidad eterna que 
persigo y que sólo encontraré
cuando llegue a TI. Amén.

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