(Mt 18,1-5.10.12-14) |
Es una contradicción, pues el más pequeño nunca puede ser el más grande. Los criterios del mundo son estos: los mayores son los que tienen más, los que almacenan más, los que ostentan más poder, los que coleccionan más títulos y alcanzan prestigios entre los hombres.
Y, por el contrario, los pequeños son los que carecen de todo o casi todo: aquellos que dependen en todo de los demás. Pero, sin embargo, en el Reino de Dios el criterio es diferente: aquí son mayores los que nada tienen, los humildes y sencillos, los que mantienen una mirada limpia, transparente, capaces de amar. Esos son los mayores, los que ocuparan los primeros puestos.
Porque son capaces de hacerse pequeños entregando todos los talentos recibidos al servicio de los que lo necesitan. Porque siendo grandes se ponen a la altura del pequeño para servirle y ser como ellos. Esa capacidad de prescindir de tu grandeza para caminar en la humildad con los más pequeños es lo quedará a tu altura la grandeza, valga la redundancia, de ser grande en el Reino de Dios.
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