Gracias Señor porque has decidido revelarte a la gente sencilla y esconderte a los sabios y entendidos que pasan tu Palabra por la razón y la distorsionan y aplican según sus sabidurías limitadas y sometidas al pecado. Porque sólo aquellos que se inclinan y buscan tu Misericordia serán perdonados e iluminados por tu Gracia.
Hay muchos momentos en nuestra vida que la oscuridad lo envuelve todo. Se hace de noche cuando las cosas no salen como queremos y hemos pensado; se hace de noche cuando nuestro camino se tuerce y discurre por senderos que no nos gustan o no queremos; se hace de noche cuando nuestras luces se apagan y nuestros caminos se oscurecen...
Sólo la Luz, tu Luz Señor, nos puede salvar, pero es condición indispensable acercarnos a la Luz y caminar junto a ella para ver el camino verdadero por el que debemos caminar. Y también para aliviar nuestra carga, porque solos apoyados en el Señor encontraremos sentido y paz para soportar el duro camino de nuestras cruces.
Porque Tú Señor nos revela el Amor de tu Padre y la Gloria que nos tiene preparada. Por eso, Señor, acudimos a Ti necesitados de tu Gracia y de tu Amor.
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