lunes, 19 de junio de 2017

ODIO + VENGANZA= VIOLENCIA

(Mt 5,38-42)
Cuando se cultiva el odio y la venganza, los frutos son la violencia y las luchas. Los enfrentamientos entre las personas no terminan con la venganza, sino que se vuelve a engendrar más y más hasta multiplicarse por generaciones. Sólo hay un remedio que cura y borra todo odio y venganza, y eso se llama amor. Por eso, por extraños y contradictorio que nos parezca, Jesús nos dice:
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: ‘Ojo por ojo y diente por diente’. Pues yo os digo: no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra: al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; y al que te obligue a andar una milla vete con él dos. A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda».

Este es el criterio y la sustancia que distingue al cristiano y discípulo de Jesús. Porque, quien no le sigue se resiste al mal y se enfrenta a él. Sólo los que son capaces de perdonar y ofrecer la otra mejilla demuestran que sigue al Señor y creen en Él. El amor es la única arma que vence al odio, al egoísmo y al poder que impone la fuerza y sus ideas.

El mundo está sostenido en el amor, y, a pesar de tanto egoísmo y deseos de poder, hay un equilibrio, que sale del corazón del hombre, y que mantiene la esperanza de avanzar hacia un mundo mejor. Un mundo donde haya paz y justicia. Un mundo donde prevalezca la verdad y la solidaridad entre los hombres. Un mundo donde reina la justicia, la paz y el amor.

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