Mc 8,11-13 |
Es muy frecuente y casi general que pidamos pruebas o signos para creer en algo. Muchos, porque la razón y el raciocinio no dejan lugar a duda, creen en un Creador del mundo - lo visible e invisible - pero, ahí se para su razonamiento y su deseo de búsqueda. Posiblemente, les interesa permanecer en sus ideas, proyectos, egoísmos e intereses.
Y eso no es nada nuevo. En tiempos de Jesús ya sucedía y vemos en el pasaje Evangélico de hoy como San Marcos, 8, 11-13 nos cuenta que Jesús discutía con los fariseos que le pedían una señal del cielo. Y hoy, podemos decir, continúa la polémica y la discusión. Muchos piden una señal, una palabra o una indicación que les aclare lo que, posiblemente, ellos quieran que les aclare.
Porque, ocurre que, sin darnos cuenta, y otras dándonos, podemos estar buscando lo que nos gustaría que fuera. Recordemos a este respecto que, si rezas el Padrenuestro a diario, decimos "hágase tu Voluntad - no la nuestra - aquí en la tierra como en el cielo. Se trata, pues, de su Voluntad y no la nuestra. Por tanto, busquemos la Voluntad de Dios que nos viene a través de la Palabra que nos trae Jesús, Dios encarnado, y pongamos nuestro granito de fe para que el Señor, que quiere nuestra salvación, nos aumente nuestra fe.
La cuestión es que buscamos - nos lo dijo el Señor, busquen y encontrarán (Mt 7, 7-12) - y si buscamos se supone que tenemos que discernir, indagar, preguntar y auxiliarnos, sobre todo en el Espíritu Santo, que ha venido a acompañarnos a encontrar ese camino que nos lleva al Señor.
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