PADRE nuestro,
PADRE de todos,
líbrame del orgullo
de estar solo.
No vengo a la soledad
cuando vengo a la oración,
pues sé que, estando contigo,
con mis hermanos estoy;
y sé que, estando con ellos,
TÚ estás en medio, SEÑOR.
No he venido a refugiarme
dentro de tu torreón,
como quien huye a un exilio
de aristocracia interior.
Pues vine huyendo del ruido,
pero de los hombres no.
Allí donde va un cristiano
no hay soledad, sino amor,
pues lleva toda la Iglesia
dentro de su corazón.
Y dice siempre "nosotros",
incluso si dice "yo".
PADRE de todos,
líbrame del orgullo
de estar solo.
No vengo a la soledad
cuando vengo a la oración,
pues sé que, estando contigo,
con mis hermanos estoy;
y sé que, estando con ellos,
TÚ estás en medio, SEÑOR.
No he venido a refugiarme
dentro de tu torreón,
como quien huye a un exilio
de aristocracia interior.
Pues vine huyendo del ruido,
pero de los hombres no.
Allí donde va un cristiano
no hay soledad, sino amor,
pues lleva toda la Iglesia
dentro de su corazón.
Y dice siempre "nosotros",
incluso si dice "yo".
Llegué hasta aquí pq encontré un comentario que me impacto en el blog de "Elige la vida", me impactó por su generosidad.
ResponderEliminarEste post en este blog me sigue cautivando.
Gracias por tus palabras. Y un saludo.
Hola Yuria, encantado por tu visita, y más aún si algo de mí te puede haber ayudado en tu camino. ¡Alabado y glorificado sea el SEÑOR, pues para ÉL es la Gloria y alabanza de todos nuestros actos. Todo está sostenido por ÉL y en ÉL se apoya todo nuestro ser, así que de nada debemos vanagloriarnos, porque todo ha sido recibido gratuitamente por ÉL, y para ponerlo a su servicio, en los hermanos, según su Voluntad.
ResponderEliminarMe pasaré por tu espacio y espero que nuestra fe sea el aliento que nos ayude a caminar con paso más firme en nuestro peregrinar hacia la Casa del PADRE.
Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.
“…Pues vine huyendo del ruido, pero de los hombres no”.
ResponderEliminar¡Qué importante es el silencio para lograr el recogimiento!
Dice san Juan de la Cruz: “El alma que le quiere encontrar ha de salir de todas las cosas con la afición y la voluntad, y entrar dentro de sí mismo con sumo recogimiento. Las cosas han de ser para ella como si no existiesen...Dios, pues, está escondido en el alma y ahí le ha de buscar con amor el buen contemplativo, diciendo: ¿A dónde te escondiste?” (del Cántico espiritual).
Solo en el silencio de mi vida puedo escuchar la voz que me interpela y señala el camino que, estando en mí, no soy capaz de encontrarlo y descubrirlo. Por eso, el PADRE Creador de todo lo visible e invisible, nos ha Revelado en su HIJO, todo el amor que nos tiene y que ha sido y es capaz de darnos.
ResponderEliminarUn abrazo en XTO.JESUS, amiga eligelavida.
yo a mi me gusta la soledad antes pero igual me llamo la atencion ese comentario me gusta
ResponderEliminarbye