El que os dé a beber un vaso de agua, porque |
Sin embargo, allí está la Mirada de DIOS, y cada detalle será visto por ÉL. Así que de nada nos servirá pensar que podemos disimular y no esforzarnos en hacer nuestra obra lo mejor que podamos. De la misma manera, DIOS nos premiará todo lo que hagamos por amor y en favor de los demás. Un simple vaso de agua, una sonrisa, un atento servicio, una escucha, un consejo, un...etc. Todo tiene su gran valor delante de DIOS.
Mi público es DIOS y ÉL sólo me basta. Mis actos no deben tener influencia ni guiarse por la opinión de los demás, por el qué dirán, por el miedo a ser criticado o reprendido... Mi actuar debe estar apoyado en DIOS y sólo su opinión debe importarme. ÉL debe ser quien motive y determine mi ser y actuar, porque sólo a ÉL debemos rendir cuentas.
Pero todo eso, vivido y realizado, desde el amor que no sabe de intereses, de favores correspondidos. Porque todo pierde su valor cuando el servicio es pagado o correspondido con otro servicio en respuesta. No es que eso sea malo, sino que la actitud de servicio debe ser desinteresada, sin esperar nada a cambio, sin busca de recompensa...
SEÑOR, sólo tu Voluntad es la que
debe guiar mi vida y mis actos.
SEÑOR, ilumina mi actuar y mi
vivir para que sólo TÚ seas
mi público, y todos
mis actos vayan
a complacerte. Amén.
¡Que gran consuelo para los cristianos saber que no hay virtud callada que no sea recompensada! Es precioso eso que dices: Mi público es Dios. Es una forma de tener presencia de Dios y de rectificar constatemente la intención. Un abrazo!
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