Por eso, JESÚS nos dice hoy que el puesto de cada uno, no es el que cada uno quiera sino aquél que mi PADRE, que está en los Cielos, quiera otorgarle. A mí y a ti sólo nos resta estar atento, prestos y dispuestos a obedecer. Porque lo importante es estar disponible para el servicio y para servir, pues es ese nuestra principal misión y lugar aquí en este momento. Todo lo demás será cosa del PADRE.
Dame, DIOS mío, la actitud de estar siempre
dispuesto a servir, y atento a tu venida
con mi lámpara encendida y
provisto del suficiente
aceite par iluminar mi vida. Amén.
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