lunes, 29 de octubre de 2012

BAJO EL PESO DE LA LEY...

 Evangelio según San Lucas 13, 10-17

vivimos y crecemos, sin embargo muchas veces esa ley no contiene todo lo que atañe al hombre, hay situaciones que se le escapan porque no es el hombre para ley sino la ley en función del hombre. Por eso, cuando queremos meter las aspiraciones e ideales del hombre bajo el peso de la ley nos encontramos con muchas situaciones que no responden a sus deseos.

Es cierto que cuando hablamos en esta clave de deseos y aspiraciones nos referimos a los deseos puros y buenos, a los deseos de buscar el bien y la verdad, porque otros no son dignos del hombre ni tampoco verdad sino mentiras, falsedad e hipocresía. Y eso nadie los busca sino cuando miente y engaña.

La ley debe alumbrar y buscar la verdad, y la verdad no está en hacer mis intereses sino buscar el interés de todos en beneficio de todos. Porque en todos se encuentra el bien, pues la justicia es dar a todos y compartir con todos. Y todos significa no excluir a nadie. Eso garantiza que se hace justicia y lo que es justo es verdadero. 

Y eso no tiene tiempo ni día, sea sábado o lo contemple una ley limitada e interesada. La ley necesita ponerse en favor de los hombres y para el bien de los hombres. Y desde ahí conviene revisarla para actualizarla, desde el Espíritu, en favor de los hombres, sobre todo de los más desfavorecidos y marginados.


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