jueves, 4 de abril de 2013

SÓLO LA PAZ NOS ORIENTA Y DA SENTIDO

(Lc 24,35-48)


No es malo estar inquieto, preocupado y dispuestos a avanzar en crecimiento y perfección. Quedarse quieto, parado y pasivo no es aconsejable ni nada bueno. Pero pasar a un activismo desenfrenado, angustioso y preocupante tampoco es nada bueno. Se trata de estar inquieto y preocupado en responder a la Voluntad de Dios, pero en paz.

Sabiendo que la Misericordia de Dios nos acoge, nos perdona y nos entiende. Nada está oculto a los ojos de Dios, y las más íntimas intenciones y deseos son transparentes y diáfanos a sus ojos. Él nos entiende, sabe de nuestras buenas intenciones y nos ama así. Se ha encarnado en su Hijo Jesús para perdonarnos, para pedirnos nuestros pecados, nuestras debilidades y hacernos fuertes en Él.

Sabe de nuestros más íntimos deseos, y eso es lo que verdaderamente importa. Porque cuando deseamos y buscamos el bien, buscamos hacer la Voluntad de Dios. Y eso le basta a nuestro Padre Dios. Él nos conoce y sabe como somos, y así nos quiere y nos ama. Sólo nos pide que le entreguemos nuestros pecados. Él los transformará en verdaderos actos de amor. Luego, mucha confianza y paz en el Señor.

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