(Mt 20,20-28) |
No se trata de servir en recompensa de un salario u otro interés, se trata de servir de forma desinteresada y gratuita y por amor, por amor en Jesús de Nazaret. Todo lo que sea servir por otros motivos son servicios que quedan descafeinados porque persiguen un interés, y consecuentemente esa es su recompensa.
La felicidad eterna y en gozo infinito solo se consigue dando un servicio por amor gratuito. Ese amor solo injertado en Xto. Jesús se puede dar, porque de no hacerlo así se haría por otro motivo, y ese otro motivo descalificaría nuestro servicio, pues ya estaría pagado.
Crecer y ser grande en el Reino de Dios es servir y servir hasta el punto de hacerse esclavo de los demás por y en el servicio desinteresado y simplemente por amor. Al estilo de Jesús de Nazaret y tal y como Él lo hizo. No hay otra alternativa, pues Él ha venido para eso, para servir y dar su vida por el rescate de muchos.
Se nos hace difícil la misión, con solo pensar que nuestra vida debe ponerse al servicio de los demás, se nos ponen los pelos de punta. Pero eso nos ha de llevar a tomar conciencia que solo injertados en Jesús podemos conseguirlo, porque Él es la Fuente de donde nos brota la Gracia que convierte nuestro corazón, duro y de piedra, en un corazón de carne suave y amoroso.
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