(Lc 21,12-19) |
No cabe duda que cuando las aguas bajan mansas y apacibles, la vida parece quedarse quieta y nada sucede. Todo parece sin movimiento y en paz. Conviene que haya alguna alteración para llamar al orden y a la buena disposición. Todo debe estar ordenado como el Creador, nuestro Padre Dios, ha dispuesto.
Me parece acertado las palabras de mi buen amigo Néstor Alamo cuando dice: "creo que estas cosas son oportunidades para formarnos y
evangelizar-formar a tantas personas que no se llegan a dar cuenta de
cómo les cuelan el sapo por debajo de la puerta".
Jesús nos advierte hoy en el Evangelio de estos sucesos: «Os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y
cárceles y llevándoos ante reyes y gobernadores por mi nombre; esto os
sucederá para que deis testimonio.Y a continuación nos alienta y anima: Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa, porque yo os
daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni
contradecir todos vuestros adversarios.
Y en eso estamos, descansados en su Palabra y su promesa, nos atrevemos a proclamar su Mensaje en este universal mundo de la Blogosfera. Nos ponemos en sus Manos y tratamos de defender nuestra fe, que es nuestra confianza en Él, transmitiendo y contagiando, por su Gloria y en su Espíritu, la Verdad que todos los hombres buscan y les interesan, aunque, aparentemente, son confundidos y engañados por las vanidades de este mundo.
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