sábado, 6 de septiembre de 2014

TODO EN FUNCIÓN DEL BENEFICIO DEL HOMBRE

(Lc 6,1-5)

Sería absurdo e irracional pensar que hay cosas superiores al hombre. Sin embargo, alguno han llegado a pensar que el trabajo, la patria u otras cosas pueden priorizar al hombre. Aquellos fariseos y letrados tenían por ley anteponer el precepto de guardar el sábado por encima del bien del hombre. Ponían la ley antes que buscar el bien del hombre.

Hoy, después de dos mil catorce años, sigue ocurriendo lo mismo. Muchos anteponen el trabajo, bienestar, empresa, intereses, antes que el bien del hombre. Incluso antes que la vida de los niños nacidos y vivos en el vientre de sus madres. La ley que no libere y busque el bien del hombre deja de ser ley, porque lo que caracteriza a la ley es buscar el bien y servir al hombre.

De no ser así se convertiría en una ley esclavizante que hace sufrir y destruye. Una ley que oprime y mata. Todo ha sido creado para servir al hombre, y Jesús, el Hijo de Dios Vivo, nos lo revela al poner al hombre como el capricho amoroso del Padre.

Demos gracia al amor de Dios, por el que entrega a su único Hijo a una muerte de Cruz para rescatarnos del pecado y darnos la oportunidad de salvarnos y vivir gozosamente para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.