(Mt 20,17-28) |
Lo primero que me viene a la cabeza es el darme cuenta del interés de los discípulos. No se enteran de lo que les habla Jesús. Están distraidos y ensimismados en sus intereses y propósitos. Apenas le ponen atención. Y, antes de seguir, reflexionemos. ¿Nos puede ocurrir a nosotros también eso? Entretenidos por los ruidos y las ofertas del mundo no escuchamos al Señor. Y pasa nuestra pascua sin habernos detenido lo suficiente para ver donde estamos y qué hacer. Así, nuestra vida puede pasar de puntillas y sin tomar conciencia de nuestro verdadero Tesoro.
La madre de los zebedeos no se percata de nada. Sólo piensa en la situación de sus hijos y colocarlos en el mejor puesto. Nadie se da cuenta a dónde van, ni tampoco lo que Jesús les advierte y les dice. Van camino de la salvación por las Pascua de Jesús sin advertirlo. ¿No es ese nuestro vivo retrato? Vivimos preocupados por otras cosas. Cosas de este mundo, que son caducas y destinadas a convertirse en desechos y basuras. ¡Dios mío, qué ciegos estamos!
A nosotros no toca trabajar. Trabajar por el Reino de Dios. Por un lado, para aprovechar este tiempo de salvación y, por otro, aceptando la Misericordia de Dios, vivir nuestra pascua injertado en el Espíritu Santo unidos al Señor Jesús, el Hijo de Dios Vivo, que, con su Muerte y Resurrección, nos salva. Y aceptarla es vivir en y a su estilo, es decir, sirviendo y dando la vida por el rescate de muchos.
Esa es la propuesta que Jesús nos propone, y esa es la respuesta que a nosotros nos interesa discernir, es decir, la del servicio. Porque, como Jesús, nosotros, si queremos seguir a Jesús, no estamos para servirnos, sino todo lo contrario, para servir. Y eso implica disponibilidad, atención, esfuerzo, trabajo y compartir. Compartir todo lo que nos ha sido dado gratuitamente de la misma manera que lo hemos recibido. Haciéndolo por amor, es decir, desinteresadamente, tal y como el Padre lo hace con cada uno de nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.
Tu comentario se hace importante y necesario.