La pregunta está en el alero, pero – el mundo – no parece darle mucha importancia. Sin embargo, ¿hay algo más importante que la propia vida? ¿Y más importante que hacer esa vida eterna en gozo y plenitud? ¿Hay alguien que no desee eso? La realidad es que todos estamos buscando eso, aunque muchos se queden en el fango de las seducciones de esta vida, donde todo es caduco y efímero.
Si nos observamos detenidamente, con algo de paciencia y profundidad, vemos que andamos como marionetas hipotecando nuestro destino y felicidad en manos de un mundo que nos seduce y nos utiliza para su propio provecho. Un mundo en manos de los poderosos que tratan de dirigir los hilos, de los cuales pendemos nosotros, para sus propios provechos e intereses. La realidad es que cuando nos paramos a pensar nos experimentamos más dependientes y en manos de los supuestos dueños del mundo.
Los
medios, las redes, laboratorios, farmacéuticas y otros son los que mandan en el
mundo y, sus propietarios, los filántropos, que lo manejan a su antojo, ideas e
ideologías. Pero, ¿no se dan cuenta que su tiempo se acaba? ¿No se dan cuenta
que el mundo que tratan de formar es caduco y finito? ¿No se dan cuenta que por
encima de ellos está quien desde el Principio existía y existe? Principio y fin
de todo cuanto existe, visible e invisible. Y que Jesús, al que sí han visto, nos lo anuncia, revela y presenta. Y nos habla de su Amor Misericordioso e Infinito.
El Evangelio de – Jn 1, 1-18 – nos lo revela claramente: En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de… Y en la medida que ves lo que está sucediendo ahora en este mundo, más te das cuenta de la ceguera y terquedad del hombre de hoy, que creyéndose poderoso no es capaz de crear un simple – aparentemente – semilla, de la que sale un árbol grandioso y hermosos frutos. Porque, ¡supongo!, la semilla la habrá creado alguien.
Conviene, ahora que se acaba el año, meditar y reflexionar sobre, tanto como hemos vivido el pasado y como nos proponemos vivir el presente. La vida es corta y dependerá, del amor que gaste y como lo gaste, la paz, gozo y felicidad que encontrarás en la otra, la verdadera e importante. Y, por nuestra condición de hombre y mujer, de naturaleza limitada y pecadora, necesitamos la Gracia del Espíritu de Dios – Espíritu Santo – para superar todos esos obstáculos que nos arrastran y seducen.
FELIZ AÑO 2022
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.
Tu comentario se hace importante y necesario.