viernes, 1 de diciembre de 2023

TAN CERCA COMO TU VIDA MISMA

Sabes que tu vida emergió del seno de tu madre. Y, también sabes que aunque fuiste gestado en el vientre de tu madre, tu vida ha sido creada por Dios, ese Dios Padre que el Hijo, nuestro Señor Jesús, nos ha anunciado y revelado. Y sabes que es cierto, quizás lo más cierto de este mundo, que tu vida tendrá también su final. Y que ese final terminará delante de quien también la ha creado. ¿Cómo no te das cuenta de que este mundo es obsoleto y pronto, cuando tu vida inspire, te encontrarás con su Creador y Rey del Universo, que precisamente lo hemos celebrado este domingo pasado?

Tenemos un tiempo de salvación – nuestro tiempo de vida – y no sabemos su duración ni su final, pero sabemos con certeza que llegará. Es imperiosamente necesario estar vigilantes y preparados según nuestras posibilidades. Lo que no nos puede faltar es el empeño y voluntad de nuestro esfuerzo y de nuestra intención de sostenernos firmes en la Palabra y Voluntad de nuestro Padre Dios.

Todo pasa, pero la Palaba de Dios es eterna. Por lo tanto, es evidente que mantenernos firmes en la Palabra de Dios, que es eterna, debe ser nuestro primero y principal, por no decir único, objetivo y prioridad. Observar y observar; pensar y reflexionar sobre los caminos y pasos que va dando nuestra vida se hace inminentemente necesario y decisorio. Necesitamos la referencia clara de Jesús, cuya vida, obra y Palabra da sentido y respuesta a todos los interrogantes que la vida misma nos plantea. Su Palabra, nos dice, no pasará. Sin embargo, todo lo demás tienen los días contados.

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