Supongo y creo que
todo lo que hagamos mal en este mundo lo tendremos que pagar en el otro. Al menos para aquellos que creen en el Señor, porque los que no creen ya se han ellos mismo juzgados. Es justo
y de sentido común que así sea. Y esa es la razón por la que creo existe el
purgatorio. Es el lugar donde tendremos que purgar todas nuestras faltas y
pecados aquellos que, creyendo en el Señor, hemos cometido en este mundo.
La parábola de hoy
nos lo explica claramente: (Mt 18,21-35): En aquel
tiempo, Pedro se acercó entonces y le dijo: «Señor, ¿cuántas veces tengo que
perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?». Dícele
Jesús: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.» Por eso
el Reino de los Cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus
siervos. Al empezar a … ¿No debías tú también compadecerte de tu compañero, del
mismo modo que yo me compadecí de ti?’. Y encolerizado su señor, le entregó a
los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía. Esto mismo hará con
vosotros mi Padre celestial, si no perdonáis de corazón cada uno a vuestro
hermano».
Esa última frase: «le
entregó a los verdugos hasta que pagase todo lo que debía»,
entiendo que hay un lugar donde estaremos hasta que paguemos todos nuestros
pecados. Es decir, que nada se quedara en el tintero. Sí, alcanzaremos la
Misericordia del Señor, pero ante daremos cuenta y pagaremos todas nuestras
faltas y pecados. De modo que importa y mucho evitar pecar y faltar al amor
porque todo lo que esté en nuestro debe tendremos que pagarlo.
Y, lo más
importante, la misericordia. En la medida que seamos capaces de perdonar
seremos también nosotros perdonados. Así que nos conviene no olvidarnos de
ello. Como recordatorio tenemos el Padrenuestro con el que recordamos que en la
medida que perdonamos las ofensas recibidas, así seremos también nosotros
perdonados.
Tengamos muy
presente que, como aquel criado fue perdonado por su Rey, y luego entregado a
los verdugos al no perdonar a él a su compañero, también nosotros seremos desterrados
al Purgatorio a purificar todos nuestros pecados y ofensas.
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