Los primeros cristianos tienen una extraordinaria vigencia cultural, sobre todo a la hora de comprender el mundo en que vivimos y la interacción entre el cristianismo y mundo contemporáneo.
La cultura europea está configurada desde el cristianismo, y por tanto a partir del esfuerzo de los primeros cristianos. Quién carece de un ayer, carece de identidad. Se hace necesario saber de donde uno procede, pues somos realmente nuestro ayer. Estas son "las raíces cristianas" de Europa a las que se refirió Juan Pablo II en Santiago de Compostela y que ahora están en el centro del debate cultural europeo (me acuerdo en este momento de mi amigo Oliver con el cual compartí hace breves momentos sobre el tema cultural del ser cristiano). Es importante resaltar este hecho, pues el cristianismo se extendió a todo el mundo precisamente desde Europa.
Sin embargo, desde la ilustración, y especialmente a lo largo del siglo XX, se ha dado un proceso de descalificación y negación de esas raíces. Cada vez es mayor el acoso cultural y mediático, la marginación efectiva que sufre el Cristianismo en Europa. En este sentido, la manera coherente en que los cristianos queremos vivir nuestra fe se puede calificar de arriesgada, y de ahí precisamente nace la enorme actualidad de los primeros cristianos, que vivieron una situación socio-cultural parecida y afrontaron con todo naturalidad sus riesgos.
Estimo muy importante conocer de donde venimos así como la realidad que vivieron nuestros antecesores en la fe. Existe el riesgo de creernos que ellos, aún a pesar de saber lo de las persecuciones y de más, tuvieron un comienzo dulce y tranquilo, porque lo que no se experimenta y vive no se constata y se conciencia de forma real y vital.
Hoy, aunque nuestras opiniones se respetan socialmente y no somos arrojados a los leones, empezamos a notar cierto acoso y presión en todo lo que huele a cristiano y santidad. Recuérdese lo de la Madre Maravillas; crucifijos de todo lugar público; negación de licencias a Radio María, cadena Cope y Punto Radio...etc., ( www.yosoycreyentecatolico.com/2008/11/en-defensa-de-la-verdad.html ).
Es otra forma de acoso, estamos en otra época. Pero esa diferencia fundamenta la semejanza: ellos estaban rodeados, de manera agobiante por el paganismo clásico; la floreciente cultura helénico-romana, basada en el culto a divinidades completamente extrañas al mundo judeo-cristiano, y sobre todo en el culto al Emperador.
Ellos tuvieron que afrontar el paganismo, pero nosotros tenemos que afrontar el neo-paganismo: es cierto que se ven Iglesias catedrales, etc. (testimonios en piedra de esas raíces cristianas de las que hablábamos antes), pero lo dominante en el mundo actual europeo, lo casi agobiante en los "medios", es lo que llamo neo-paganismo: un conjunto de "opciones" Y "ofertas" de signo materialista (o "espiritualista") que son las nuevas "divinidades" postmodernas.
En este contexto, el cristiano -y la comunidad cristiana-, si son coherentes, "se la juegan", como los primeros cristianos. Pero sólo si son coherentes pueden ganar la batalla, también como los primeros cristianos.
Esta convicción es absolutamente fundamental, porque nuestro papel -el de la Iglesia y el de cada cristiano- es "colaborar" con el SEÑOR, que es el que hace; seguirle, que ÉL va delante. Por eso nuestra forma, la forma histórica de anunciar el Reino, es testificar con la propia vida que CRISTO vive y hablar a la gente de la felicidad y la alegría que el Reino ha metido y mete en mi vida y cómo puede cambiar y transformar también las de ellos. Por eso hemos de amar a nuestro mundo -los hombres y las mujeres de nuestro mundo- tal como es, porque en él CRISTO sigue actuando y cuenta con nosotros para "cambiarlo", como hicieron los primeros cristianos.
Desde esta actitud invito a todos los que no lo han hecho, a vivenciar un Cursillo de Cristiandad cuyo objetivo no es otro que la vivencia y convivencia de lo fundamental cristiano. Estamos necesitados de experiencias vividas y encuentros profundos que experimenten la vivencia de la presencia del ESPÍRITU entre nosotros.
Hoy corremos el peligro de deshistorizar el Evangelio y con ello la figura viva del CRISTO entre nosotros. En las catequesis de Bautismo experimento la desinformación e ignorancia que las nuevas generaciones tienen a la hora de acercarse a la Iglesia. Se hace necesario una proclamación desde el testimonio y el conocimiento, Pablo es un ejemplo, que presente a JESUCRISTO como la única esperanza que nos salva.
No quiero extenderme más con mis opiniones, pues considero magníficamente expuesto lo que el profesor Pedro Rodrigues ha desarrollado en su entrevista. Les remito, lo creo muy interesante, a esa entrevista que podrán leer integramente en www.primeroscristianos.com/entrevistas.html
Creo y estoy convencido que vivimos un momento histórico que debemos aprovechar en respuesta al ESPÍRITU y la oportunidad de dar cumplimiento responsable a nuestro compromiso de Bautismo.
Interesante!!!!
ResponderEliminarLo único que puedo agregar es que CRISTO VIVE!!!!
Y esa es nuestra esperanza y nuestra referencia. Ellos afrontaron su realidad y respodieron a su fe, muchos con su vida y testimonio en un mundo llenos de contradicciones y peligros; a nosotros nos ocurre lo mismo, aunque, de momento, en nuestros lugares sea de otra forma, pero difícil también. Ellos morian en el circo, perseguidos y martirizados; a nosotros nos están impidiendo nacer (aborto) y empiezan a disponer de nuestras vidas (eutanasia) que van introduciendo con los cuidados paliativos (¡mucho cuidado!); rompen nuestras familias y amenazan con matar de nuevo a JESÚS en nosotros. Más ya el SEÑOR ha vencido a la muerte y al pecado de los hombres y no podrán contra ÉL ni, en ÉL, contra nosotros.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo en CRISTO.