En aquel tiempo, Jesús dijo a... |
Si, si te paras y lo piensas, es una contradicción. Una contradicción disparatada, de locos, de utopías, de caminar contra corriente en la aparente equivocación, en lo que no parece estar la felicidad ni lo que buscamos. Es la locura de darte a cambio de nada, y es entonces cuando descubres que es ahí donde está lo que buscabas, la verdadera y eterna felicidad.
Pero antes hay un recorrido salmoniano, contra corriente, contra lo que parece imposible de alcanzar, contra todas las luchas que nos hacen el recorrido vital muy duro, molesto y difícil. Y, gracioso, se nos advierte y se nos dice: "«Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos. Sed, pues, prudentes como las serpientes, y sencillos como las palomas. Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas"».
Estamos advertidos, y el que avisa no es traidor. Pero, la experiencia te descubre que detrás de ese sometimiento a tu amor propio encuentras el remanso de paz que andabas buscando. Sólo cuando has antepuesto a DIOS y a los demás a tu amor propio, es cuando has descubierto esa inmensa fuente de paz, felicidad y tranquilidad que buscabas.
Es, simplemente, "Amar a DIOS y a los demás como JESÚS te ha enseñado a Amar". Por eso nada hay que temer a pesar de las dificultades y los problemas en el camino. "Entregará a la muerte hermano a hermano y padre a hijo; se levantarán hijos contra padres y los matarán. Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará".
La tarea es ardua y dura, y sin TI, SEÑOR, nada
podremos, pero contigo sé que soy mayoría
aplastante, y nadie puede vencerme.
Dame, SEÑOR, la fortalece y valentía de no
desfallecer ni desesperar, y, pese a
los inconvenientes y obstáculos,
haz que persevere hasta
el final. Amén.
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