El problema siempre existirá, aquí y en Pekín. Y digo esto, porque suele pasarnos que en los grupos donde solemos trabajar y compartir nunca llueve a gusto de todos. Siempre estaremos con algún disgusto o problema. Y nos surgirá la tentación de marcharno en busca de otro grupo que nos vaya mejor.
El conflicto siempre estará presente. Muchas veces somos nosotros los que lo llevamos y otras nos lo encontramos. Pero dónde quieras que vayas encontrarás problemas. Por tanto, la única solución es llenarte de paciencia y amor y someter tu amor propio al Amor de DIOS y al de los demás. Si no antepones el Amor de DIOS y el de los demás a ti mismo, a tu amor propio, dónde quieras que vayas encontrarás problemas.
Por eso, la parábola de hoy nos habla de trigo y cizaña. Ambos crecen juntos y al arrancarse unos pueden llevarse a los otros. Por todo ello, necesitamos estar vigilantes, prestos y fortalecidos en el Amor para no desfallecer y permanecer pegados a la Vid, y evitar ser arrancados y no dar frutos.
No permitas, DIOS mío, que el mundo convierta mi
trigo en cizaña, y mantenme erguido, firme y
vigilante para que la cizaña no se
enrede en mi semilla y me
lleve con ella. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.
Tu comentario se hace importante y necesario.