Mantener la prudencia y la sencillez es alto difícil en un mundo lleno de codicia, de avaricia y soberbia. Es casi una utopía, a menos que estés dispuestos a amar, porque solo el amor es capaz de vencer. Pero, ¿cómo amar y hasta cuando? No cabe duda que necesitamos una referencia y un modelo, y, claro está, que solo hay uno: Jesús de Nazaret, el único que ha vencido el desamor del mundo.
Hoy, el Señor nos dice: «Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos. Sed, pues,
prudentes como las serpientes, y sencillos como las palomas. Guardaos de
los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus
sinagogas; y por mi causa seréis llevados ante gobernadores y reyes,
para que deis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Mas cuando os
entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis
que hablar se os comunicará en aquel momento. Porque no seréis vosotros
los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en
vosotros.
Entregará a la muerte hermano a hermano y padre a hijo; se levantarán
hijos contra padres y los matarán. Y seréis odiados de todos por causa
de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará. Cuando
os persigan en una ciudad huid a otra, y si también en ésta os
persiguen, marchaos a otra. Yo os aseguro: no acabaréis de recorrer las
ciudades de Israel antes que venga el Hijo del hombre».
¿Estoy yo dispuesto a caminar prudentemente y sencillamente, injertado en Xto. Jesús, entre este mundo de lobos que me ha tocado vivir?
Esa es la reflexión que el Papa Francisco también nos advierte:
Si queremos seguir a Jesús de cerca, no podemos buscar una
vida cómoda y tranquila. Será una vida comprometida, pero llena de alegrías.
Papa Francisco.
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