lunes, 29 de julio de 2013

VIDA ETERNA

(Jn 11, 19-27)


No hemos sido creados para pasar un tiempo; eso no tiene sentido, pues tanta hermosura de creación y el sacrificio de la Cruz no se entiende sino desde la eternidad. Marta cree en la resurrección, pero sufre la muerte temporal de su hermano Lázaro. La separación produce dolor y sufrimiento.

Jesús aprovecha el momento para proclamar el poder de la vida sobre la muerte. Él se proclama la Resurrección y la Vida, y la muerte terrenal de Lázaro le servirá para demostrarlo y dar testimonio. La fe es la que nos va a salvar. Una fe en Jesús que es la Resurrección y la Vida. Una fe que nos lleva a proclamarlo como Padre, a santificarlo y hacer su Voluntad.

En eso consiste la oración, en creer en el Señor y ponernos en sus Manos para hacer la Voluntad del Padre. Voluntad que consiste en aceptar el camino de nuestra vida tal y como el Padre nos propone, viviéndola desde nuestras propias circunstancias, entorno, familia, trabajo, época y cultura, pero teniendo siempre como referencia la Voluntad del Padre.

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