jueves, 24 de septiembre de 2015

NO ERES LIBRES POR QUE PUEDAS ELEGIR, SINO PORQUE BUSCAS LA VERDAD

(Lc 9,7-9)


Nada ni nadie te puede hacer libre, ni tampoco esclavizarte. Te pueden quitar la libertad física o esclavizarte a apegos y hábitos malos, pero nunca si tú no quieres, porque tienes voluntad y capacidad para discernir y elegir entre el bien o el mal. El peligro está en que tú te sientas lo suficientemente fuerte para enfrentarte solo y creas que lo puedes conseguir.

Entonces caerás en la trampa y serás tentado y vencido. Tenemos precedente, Adán y Eva, y la desventaja de ser soberbios, porque es nuestra soberbia la que se deja tentar y desea ser fuerte y suficiente para no depender de nadie. Alejarte del Señor es como dejar de hacer ejercicios físicos en tu vida corporal. Alejarte del Señor es invitar al diablo a ocupar su puesto y dejarte dirigir por el camino de la mentira e hipocresía.

Lejos de la Verdad nunca serás libre, porque es la Verdad la que nos hace libres para caminar por el camino de la justicia, de la igualdad, de la paz y el amor. Todos queremos vivir en la Verdad, y deseamos ser verdaderos y justos. Pero experimentamos que nos cuestas, que se nos empina el camino y no podemos subirlo solos. Buscamos una mano, pero no una mano cualquiera, porque no nos serviría. 

Necesitamos la Mano del Espíritu Santo, el Único que nos puede asistir, aconsejar, dar fuerzas y sabiduría para sortear los peligros, fortalecer nuestra voluntad y superar todos los obstáculos. Herodes sentía deseos y curiosidad  por ver a Jesús. Pero esa curiosidad no era suficiente, porque no era verdadera, sino producto de una ilusión por ver quién era. Deseaba dar respuesta a su imaginación, no a su deseo de salvación, porque quizás él se sentía ya salvado.

Ver a Jesús acusado, maniatado, centro de burlas y que ni siquiera le contesta, le desilusiona. Él buscaba a un Mesías fuerte, poderoso, capaz de superar y vencer todos los poderes del invasor. Pero de eso a ver un Jesús débil, callado y aparentemente sometido, le derrumba. Igual puede pasarnos a nosotros hoy. ¿Qué Jesús buscamos? ¿Un Jesús cúralo todo, soluciónalo todo, arréglalo todo...etc? ¿Un Jesús seguro de vida?

Nos equivocamos si buscamos eso en Jesús. Jesús es todo lo contrario. Un Jesús todo riesgo, entregado a servir, a ser esclavo de todos por amor; un Jesús libre, sostenido en la Verdad, justo, compasivo y misericordioso. Un Jesús que carga con la Cruz de tus pecados y te libera para que seas libres y puedas también cargar con la cruz de tu vida por amor, y seas liberación para otros. Un Jesús que te invita a amar, pero a amar sirviendo a los demás, no sirviéndote de los demás.

Un Jesús que es Camino, que es Verdad y que es Vida. Amén.

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