sábado, 2 de julio de 2016

EL MEJOR AYUNO CREER EN JESÚS

(Mt 9,14-17)

Algo parecido dijo Jesús cuando le dijeron que su Madre y hermanos lo buscaban (Mt 12,46-50). Respondió:  Ante la presencia de estos vínculos familiares, Jesús aprovecha la oportunidad para dar una gran lección, señalando con la mano a sus discípulos, agregó:  "Éstos son mi madre y mis hermanos, pues añadió: Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre". 

Hoy nos dice que el Novio está con nosotros, y que estando con Jesús (el Novio) no hay motivo para ayunar., porque su sola presencia nos llena de gozo y nos aviva a darnos en amor a los demás. ¿Y es que hay mayor ayuno que ofrecerse y renunciar a ti mismo para vivir, injertado en Xto. Jesús, en servicio y caridad a los demás?

No se trata de mortificarse, si bien la circunstancias de la propia vida te propician momentos de sacrificios y ayunos. Y estando con, por y en el Señor todo será más llevadero y suave, pues tiene sentido y esperanza. El ayuno tiene un sentido purificador y fortalecedor, que nos prepara para estar disponible y libres a cumplir la Voluntad de Dios. Se trata de renovar nuestros corazones y de transformarnos en hombres nuevos, abiertos a la Gracia del Espíritu Santo, para que en Él seamos dirigidos a vivir la Palabra de Dios y cumplir su Voluntad.

Es el ejemplo que nos da María, la Madre de Dios, y todos aquellos que han vivido el ayuno como una actitud de entrega, de servicio y caridad, por la Gracia de Espíritu Santo, hacia los demás.

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