lunes, 18 de junio de 2018

LA VIOLENCIA NO ES BUEN CAMINO

Resultado de imagen de Mt 5,38-42
Mt 5,38-42
Todos tenemos esa experiencia, violencia es sinónimo de violencia. Hemos conocido y también experimentado que cuando a una mala acción respondemos de la misma forma, es decir, con otra mala acción, nada se ha resuelto sino que se ha dejado la puerta abierta para que la violencia y las malas acciones continúen. No conviene, ni es bueno ni lo más inteligente emplear la violencia para resolver los conflictos, las malas acciones y hasta las injusticias.

Y es que estamos dispuestos a la confrontación con aquellos que no son nuestros amigos, o no son de nuestro grupo, de nuestro ambiente y criterios, incluso no son nuestros prójimos. Es más confortable y gratificante llevarnos y entendernos con nuestros propios amigos, con los de nuestros grupos o amistades cercanas, del barrio, de nuestros ambientes o conocidos. Nos cuesta mucho aceptar y perdonar a los que están enfrente o piensan de otra forma a nosotros. En el fondo de todo este comportamiento y actitud subyace nuestro egoísmo e interés con unos y lo contrario con otros.

Pero Jesús, el Señor, piensa de otra forma. Su mensaje es diferente y lo aplica también de forma diferente. Jesús, responde con amor, con paz, con buenas acciones y con justicia. Eso fue lo que le enseñó a sus discípulos y lo que Él vivió y transmitió a todos los que le vieron en su época terrenal y también a todos los que leen su Palabra transmitida por los que le conocieron personalmente como por el testimonio de los que le vieron actuar.

Hasta ese momento había una ley, que hoy podíamos llamar progresista, tal y como a muchos les gusta, pero que simplemente dejaba las cosas, sí, mejor, pero sin arreglarla de todo. Era una ley que limitaba la venganza hasta el punto de ser proporcional y equitativa con el daño causado. Ese "ojo por ojo y diente por diente" significaba que podrías vengarte hasta el límite del daño que habías recibido. Pero no zanjabas el conflicto ni la confrontación. Siempre la llama estaba encendida y abierta.

Estar en esta actitud conflictiva y dispuesto a separar lo que no nos gusta o no nos interesa de lo que nos conviene y juega a nuestro favor es vivir de forma inhumana y contraria a lo que Jesús nos propone. Es abandonarnos a nuestros instintos naturales sin control ni responsabilidad. Es someternos a la esclavitud de nuestra naturaleza pecador y abandonarnos a sus pasiones y satisfacciones. Es no responder a nuestro ser humano y dignidad de persona e hijo de Dios.

Lo verdaderamente grande, honorable, de hombría y valentía es responder con caballerosidad y saltar por encima de todos esos obstáculos que nos impiden amar, no solamente a los que menos dificultad presentan sino a los más distantes y alejados y que no piensan como tú.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.