miércoles, 4 de julio de 2018

SOMETIDOS AL PODER DEL INFIERNO

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Por desgracia vivimos en la esclavitud y la muerte, pero, nuestra mayor desgracia es quedarnos por voluntad propia en esa esclavitud de muerte y condenación. Jesús viene a liberarnos, pero le rechazamos permaneciendo en situación de esclavitud y muerte. Vivimos en los sepulcros de nuestra vida de pecado, sometidos a los poderes del demonio e instalados en él ciegamente.

No vemos el gran tesoro y la gran oportunidad que Jesús, el Señor, nos ha dejado. Nos ha dado la oportunidad de arrepentirnos y de volver a empezar. Ha instituido el sacramento de la confesión con el que podemos volver a empezar y levantarnos de nuestras caídas. Sí, nos está permitido caer, pero, prohibido detenernos e instalarnos en la mediocridad, el pecado y la muerte. Siempre hay una oportunidad para empezar, y para eso está el sacramento de la Penitencia. Para levantarnos y volver a empezar.

El mundo sigue igual y prioriza lo económico a la persona humana y también al Señor. Aquel pueblo no quería saber nada de Jesús, les preocupa la pérdida de sus puercos antes que la salud de aquellos dos endemoniados que los atormentaban. Hoy no hemos avanzado nada. Seguimos sometidos al poder del dinero y esclavizados con el mundo y la carne. Vemos pasar el tiempo y no nos damos cuenta que no hay salida, que el mundo es caduco y que todo termina con la muerte.

¡Dios mío!, ¿dónde están nuestras esperanzas, nuestras aspiraciones de felicidad y eternidad? ¿Es qué no vemos más allá de nuestras narices? ¿Es qué no nos damos cuenta que Jesús, el Señor, el Hijo de Dios Vivo, es el Camino, es la Verdad y es la Vida?

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