lunes, 27 de agosto de 2018

¿DE QUÉ HABLAMOS?


Imagen relacionada
No es para estar tranquilo y cada día tenemos, los que proclamamos la Palabra, la responsabilidad y la necesidad de ponernos bajo la Luz del Espíritu Santo para proclamar la Palabra de Dios y no la nuestra. Porque, sin darnos cuenta y, quizás influido por la perspicacia del demonio, que tiene todo a su favor, proclamamos nuestra palabra, nuestra doctrina, nuestra ideología y filosofía en lugar de la del Señor Jesús.

Siempre debemos, los que reflexionamos la Palabra de Dios, estar atento a la Verdad. La Verdad de la Palabra y nunca distorsionarla según nuestra convicciones personales o nuestros intereses. Porque, podemos desviar a aquellos que se acercan al Señor y quieren seguirle; porque, podemos confundirlo con nuestras interpretaciones o deseos de fama, de ser admirados, de... Mejor permanecer en silencio y dejar actuar al Espíritu Santo.

Todo ha sido revelado por la Palabra de Dios y nada ha quedado en el tintero. Es posible que en algunos momentos no sepamos interpretar los tiempos y circunstancias del momento, pero la Verdad siempre es Una y todo está contenido en ella. Por eso, pongámonos siempre en Manos del Espíritu Santo y invoquemos su presencia y su asistencia. No se ha quedado para mantenerse al margen, sino para guiarnos, alumbrarnos y fortalecernos en la batalla, en la lucha y el camino de cada día.

Lo hemos recibido en el Bautismo y no para simplemente celebrar nuestra andadura de ser hijos de Dios sino para caminar juntos con cada uno de nosotros y asistirnos en cada momento difícil y duro de nuestro camino ante la oscuridad y las dificultades. Por todo ello, pongámonos siempre en Manos del Espíritu de Dios y confiemos en su acción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.