viernes, 28 de septiembre de 2018

¡QUÉ PIENSAS TÚ?

Imagen relacionada
Lc 9,18-22
A mí me gusta aclarar que seguir a Jesús no nos va a mejorar la vida en este mundo. Entre otras muchas cosas porque Jesús no es de este mundo y de lo que nos habla es de su Reino, que no está en este mundo. Por lo tanto, nuestra vida terrenal seguirá su camino, que tendrá mucho que ver con nuestra manera de hacer y obrar, pues para eso hemos recibido unos talentos, para ponerlo en prácticas y rendir cuenta.

Ahora, este mundo es la antesala del otro y nuestra actuación y camino en él tendrá mucho que ver con nuestro destino. En él tenemos la oportunidad de merecer, siempre por la Misericordia de Dios, su bendición y participación en su Gloria, pues Dios nos envía a su Hijo para pagar por nosotros. Un envío, aceptado voluntariamente y libremente por amor, que nos revela las intenciones del Padre y su Amor Infinito.

Pero, todo este camino tiene, primero, que pasar por la Pasión y Muerte de Jesús. Y eso le preocupa que no lo entendamos y que estemos pensando, con naturaleza humana, otras formas de reinar y de pasar por este mundo. Le preocupa ese olor a triunfo inmediato, a poder y bienestar. Le preocupa que no entendamos que el amor es la panacea que nos salva y que nos exige eso, darnos, entregarnos y hasta sufrir. 


De ahí que les pregunte:  «¿Quién dice la gente que soy yo?». Y que ellos respondan: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que un profeta de los antiguos había resucitado». ¿Y tú, qué piensas? Ya conocemos la respuesta que dio Pedro, pero también importa saber la tuya. Porque, quizás no la tengas muy clara o pienses que todo va a mejorar en tu vida. Y no es exactamente así. Ya lo dijo Jesús al responder:  «El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día».

Y tal, como nuestro Maestro y Señor, nosotros debemos también enfrentarnos a esos sufrimientos que, a lo largo de la historia de la Iglesia, los que nos han precedido los han padecidos. Pero, siempre con la esperanza de encontrarnos un día con Él - Resurrección - y gozar de su Gloria para toda la eternidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.