Mt 11,2-11 |
Jesús no se afirma como el Mesías, sino que deja que tú y yo lo descubramos. Lo mismo hizo con Juan el Bautista. Eso sí , nos presenta su Vida y sus Obras. Esa es la respuesta que envía a Juan. Y Juan lo entiende y queda en paz. Ese es realmente el Mesías que había de venir y que estaba anunciado en las Escrituras. Ahora, te toca a ti y a mí responder. Juan ya lo hizo, pero, tú y yo estamos también seguros y confiamos en el Señor. De nada vale confesarlo con tus palabras si tu vida y tus obras no lo corroboran.
Jesús es el Señor. Nadie ha podido hacer lo que hizo y lo que hace cada día desde el Cielo. Él está vivo y camino contigo y conmigo. Su Amor y su Misericordia son Infinitas. Y en la Iglesia lo descubrimos a través del testimonio de muchos santos que, con sus vidas, nos ayudan a descubrirlo. Jesús nos enseña a amar como Dios nos ama. Él es el ejemplo del mandamiento nuevo que Dios quiere que vivamos: "Amar como Él nos ama y nos enseña por medio de su Hijo.
Nadie puede compararse con Jesús. Resulta paradójico que admiremos a mucha gente por lo que han hecho en este mundo y no descubramos la grandeza incomparable del Poder y el Amor de Dios. Jesús es la imagen visible de ese Dios invisible que no vemos, pero que experimentamos en el Amor de Jesús.
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