domingo, 25 de junio de 2023

ENTRETENIDOS Y DISTRAÍDOS POR AQUEL QUE BUSCA PERDERNOS Y CONDENARNOS A LA GEHENNA.

Posiblemente no nos damos cuenta, no nos decidimos y dejamos, impávidos ante el tiempo, que nuestra vida se consuma de forma inútil y vana. El demonio, uno, si no el más peligroso de los tres enemigos del alma, conoce nuestras debilidades y apetencias y juega con muchas cartas favorables. Nuestra naturaleza humana – herida por el pecado – es una de las mejores baza a su favor. Y nos distrae, nos entretiene, nos despista y aletarga para que no entremos en nosotros mismos, reflexionemos y reaccionemos.

No tengamos miedo, nos dice el Señor hoy en el Evangelio: (Mt 10,26-33): En aquel tiempo, dijo Jesús a sus Apóstoles: «No tengáis miedo a los…» Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna…

Nada debemos temer porque Jesús está con nosotros. Porque, Él, muerto ha vencido a la muerte y ha Resucitado. Porque su promesa es esa: Resucitaremos en y por Él. Por tanto nada hay que temer y si mucho que ganar: La Vida Eterna. Procedamos, pues, con valentía y confianza. Temamos solo al pecado que inducidos y engañados por el demonio y seducidos por el mundo y la carne podamos no solo perder nuestro cuerpo sino también lo fundamental y vital: nuestra alma.

Una cosa es segura, mantenernos unidos al Señor – alimento y perdón misericordioso – para no ser vencidos por las tentaciones y astucias del demonio y, fortalecidos en el Espíritu Santo, anunciar con valentía y alegría que Jesús Vive y está entre nosotros para que, al final de nuestro tiempo, llevarnos junto a Él en la Gloria Eterna.

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