miércoles, 22 de noviembre de 2023

¿NO ADVIERTES GOZO Y ALEGRÍA CUANDO TE DAS Y DAS POR SERVIR Y AMAR A QUIENES LO NECESITAN?

El Reino de Dios se esconde en la disponibilidad de darte y dar; en el gozo de ser útil en el servicio al pobre y desvalido de forma gratuita y desinteresada, y sin espera de recompensa. Es evidente, la experiencia nos lo dice así, cuando se actúa de esa manera se experimenta un gozo y alegría diferente a la propia satisfacción física o corporal. Es una alegría que se perpetua en el tiempo y que deja hulla de gozo en el corazón.

Esta experiencia declara palpablemente que el Reino de Dios está cerca. Un Reino que se hace visible en lo ya comentado, pero que también deja malestar, contradicciones, dolor y sufrimiento.  El día a día da tanto gozo como dolor. Trae alegría y preocupaciones, pero esconde, para quien sabe entenderlo y cree, la esperanza de un Reino futuro pleno de gozo y felicidad.

Se trata de, ahora, en este momento y mientras camina por este mundo, con todas tus fuerzas, fortalecido en la fe y en la esperanza, administrar generosamente esa mina que tu Padre Dios ha dejado en tus manos. Simplemente, con toda tu capacidad – la que se te ha dado – dolor, gozo y lágrimas, pero siempre confiado y esperanzado en la Palabra de nuestro Padre Dios. Sin perder de vista que aquí, en este mundo, caminamos con la cruz a cuesta pero avanzamos hacia la plenitud del Reino de Dios. Allí todo será gozo y felicidad eterna.

A quienes arriesgan su vida en esta aventura de amor misericordioso y soportan el peso de la espera del cumplimiento definitivo, se les regalará un don sin medida. Simultáneamente, y en eso está fundamentada y apoyada nuestra esperanza, todos nuestros fallos, pereza, negligencia, tacañería, egoísmos, y resistencias a la aceptación de la Buena Noticia y a permanecer replegados a la esterilidad, tal sucedió con aquel que entierra la mina, habrán de ser purificados para que el Reino emerja en plenitud. (Del comentario miércoles 22 del Evangelio Diario en la compañía de Jesús).

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