jueves, 25 de noviembre de 2010

DENTRO DE NOSOTROS ESTÁ NUESTRO MAYOR TESORO



 Nos pasamos la mayor parte de nuestra vida buscando las mil y una forma de encontrar la felicidad que palmita dentro de nosotros. No podemos renunciar a ella, es vital y nadie se conforma con lo que tiene porque quiere más, más y más. Ya lo dice la canción: "Todos queremos más y más..."
Sin embargo, en nuestro afán por conseguirla no nos percibimos de que está más cerca que lo que pensamos. Es más todavía, está dentro de nuestro corazón, y sólo basta con darle un vuelvo y encontrarla. Es más un encuentro que un hallazgo, porque no la descubrimos ni la alcanzamos, la tenemos, nos ha sido dada gratuitamente, y sólo necesitamos toparnos con ella, porque está dentro de nosotros.

Esta anécdota que sigue a continuación nos puede ayudar a reflexionar sobre tan preciado tesoro:

EL RANCHERO POBRE

Erase un ranchero, en Texas, que en los años de la depresión económica y de las sequías no podía hacer frente a sus numerosas deudas y tuvo que empezar a vivir de la asistencia pública. Su negocio en ruinas y su fama por los suelos, el señor Yates no se atrevía ni a salir a la calle. Un día llegaron unos ingenieros a estudiar sus tierras y encontraron un pozo de petróleo. Durante años había vivido mendigando y era millonario. Los cristianos vivimos largas temporadas en nuestra vida mendigando migajas de felicidad aquí y allá. Desconocemos la riqueza inmensa escondida en nuestro corazón. Nuestro pozo de petróleo se llama Espíritu Santo. La Fiesta de Pentecostés nos lo recuerda y lo quiere poner a producir.

LOS SIETE DONES DEL ESPÍRITU

SABIDURÍA
Amor que saborea, gusta y experimenta cómo Dios es dulce y suave. 

INTELIGENCIA
“Conocer al santo es inteligencia”. Proverbios 9, 10

CIENCIA
“Cuando venga el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la vedad completa” J.14, 26 

CONSEJO
Es el don del discernimiento cristiano para el seguimiento de Jesús. 

FORTALEZA
“Los Apóstoles anunciaban con valentía el mensaje del Señor”. Hechos 4, 31 

PIEDAD
“Todos a los que anima el Espíritu son hijos de Dios”. Romanos 8, 14 

TEMOR
Amor y reverencia del nombre de Dios.

LOS FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO

1. Caridad: El acto de amor de Dios y del prójimo.

2. Gozo espiritual: El que nace del amor divino y bien de  nuestros prójimos.

3. Paz: Una tranquilidad de ánimo, que perfecciona este gozo.

4.
 Paciencia: Sufrimiento sin inquietud en las cosas adversas.

5.
 Longanimidad: Firmeza del ánimo en sufrir, esperando los bienes eternos.

6.
 Bondad: Dulzura y rectitud del ánimo.

7.
 Benignidad: Ser suave y liberal, sin afectación ni desabrimiento.

8.
 Mansedumbre: Refrenar la ira, y tener dulzura en el trato y condición.

9.
 Fe: Exacta fidelidad en cumplir lo prometido.

10.
 Modestia: La que modera, regula en el hombre sus acciones y palabras.

11.
 Continencia: La que modera los deleites de los sentidos.

12.
 Castidad: La que refrena los deleites impuros.

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