Todos entendemos que, cuando se proclama una cosa y se hace otra, falla algo. Lo que se proclama necesita luego ser materializado. La palabra presupone el hecho, y si eso no es así se está cometiendo una mentira. Y la mentira es falsear la verdad.
Por eso, JESÚS, nos habla de no conocer a aquellos que le dicen SEÑOR, pero que luego no hacen la Voluntad de su PADRE. Porque decir y no hacer es mentir, y si se miente se está negando la verdad de la verdadera amistad y seguimiento. Luego, reclamar la amistad de amigo e hijo es como querer ser admitido con la mentira y el engaño.
Quien ama se descubre en la verdad, y quien ama falsamente se delata en la mentira. Por lo tanto, no me basta con rezar e intimar con JESÚS si esa amistad no me lleva a vivenciar en mi vida las actitudes de la Voluntad del PADRE: "Amar de la misma forma que me ama el PADRE", y el Camino, la Verdad y la Vida es el testimonio del HIJO, JESÚS.
No puedo quedarme sólo en palabras, sino que mi
oración debe transformase en compromiso y
en testimonio.
Y, por eso, SEÑOR, te necesito para que en tu
santo ESPÍRITU encuentre la paz, la
sabiduría y la fortaleza para
llevar a cabo la vivencia
de mi fe. Amén.
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