miércoles, 22 de junio de 2011

DE TAL PALO TAL ASTILLA (Mt 7, 15-20)


De lo bueno sólo puede salir lo bueno, pues aquel es bueno sólo dará frutos buenos. Ocurre que en el trascurso de su peregrinar, el cansancio, la fatiga, las dificultades, los tropiezos pueden desviarlo y distraerlo y afectar a la cosecha, pero volverá a prestar atención y a cuidarse para que la cosecha no se vea afectada.

La raíz hundida en la bondad terminará por sacar a la luz lo bueno que lleva dentro a pesar de los avatares climatológicos que le asedian y amenazan. Pero los apoyados en la malicia, aunque puedan engañar y aparentar dar buenos frutos, terminarán por sacar ese mal que atesoran y llevan dentro. Y serán cortados y echados al fuego eterno.

Esa posibilidad, de acabar entre llamas, "el santo temor", nos ayuda a levantarnos y a dirigirnos por el camino de los buenos frutos. No olvidemos nunca de regar nuestro particular jardín, con la oración, la penitencia y la Eucaristía, el mejor abono, para obtener el mejor fruto de él.

Si mi corazón está bien abonado con el agua del 
amor que riegan mis oraciones, mis confesiones
y mi alimento Eucaristico, mis frutos tendrán
la señal de la bondad del verdadero amor
que sólo el amor de DIOS da. Amén.

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