domingo, 3 de julio de 2011

SÓLO LOS MANSOS Y HUMILDES PODRÁN CONOCERLO (Mt 11, 25-30)


La entrada de un Rey viene acompañada de toda su pompa, del lucimiento de todo su poder, sus fuerzas y tesoros. Un Rey no pasa de cualquier manera, porque su reinado está precedido de sus fuerzas, riquezas y poderío. Un Rey no puede esconder su poder y riquezas porque entonces dejaría de serlo. Su reinado descansa precisamente en eso: su fuerza, sus riquezas y tesoros y su poder.

Nos quedamos perplejos cuando leemos: "Mira a tu Rey que viene a ti justo y victorioso; modesto cabalgando en un asno, en un pollino de borrica." ¿Qué Rey éste? ¿Dónde están su poder y fuerza, sus riquezas y tesoros? Porque un Rey no puede cabalgar en un pollino de borrica. ¿O es qué es otra clase de Rey?


Sí, realmente el Reino de JESÚS es un Reino de sencillez, de mansedumbre, de humildad. Es un Reino de pobreza, pero también de misericordia y clemencia, lento a la cólera y rico en piedad. Realmente es un Rey bueno con todos y cariñoso con todas sus criaturas. Porque el SEÑOR es SEÑOR de vida y muerte. Es el todo poderoso, Creador del Cielo y la Tierra.

Por eso, su Reinado no es entendido por los sabios e inteligentes de este mundo que se resisten a ser humildes y sencillos. Sus iras y soberbias no les dejan ver. El PADRE con su sencillez y humildad lo ha ocultado a los sabios y entendidos, y se lo ha revelado a la gente sencilla. Por eso, para conocer a JESÚS hay que abajarse, ser humilde y sencillo como lo fue su Madre María, la criatura más libre y humilde del mundo.

Este es el poder de JESÚS: "Su PADRE, SEÑOR del cielo y la tierra, que le ha entregado todo y le ha dado el poder de revelarlo a quien quiera. Por eso JESÚS nos dice: "Venir a Mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo los aliviaré. Cargad con mi yugo y aprender de MÍ, que soy manso y humilde de corazón, y encontraran su descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera".

Te pido, SEÑOR, la sabiduría de saber abajarme,
de ser humilde, se percibirme pequeño,
pobre, sencillo y necesitado de
tu poder y tu fuerzas.

Necesito entender que sólo TÚ eres verdadero
Rey, Rey de Eternidad y de vida Eterna,
Rey de felicidad, de paz y amor. Amén.

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