sábado, 5 de noviembre de 2011

TODO EN NUESTRA VIDA ES GRACIA

 Lucas 16, 9-15

Todo nos viene de DIOS, hasta el punto que nuestro vivir y obrar está en las Manos del SEÑOR. Pero, siendo eso así, sabido es que el SEÑOR ha querido contar con nuestra colaboración, y, por eso, nos ha hecho libres, libres para aceptar la Voluntad del PADRE o para rechazarla. Y es ahí donde nuestra elección y decisión cobra protagonismo.

Ocurre, y lo experimentamos, que cuando nos engreímos y queremos hacer las cosas según nuestras intenciones y proyectos, percibimos que se nos hace difícil cumplirlas. Observamos que cuando dejamos a un lado la asistencia del ESPÍRITU, nuestros actos se llenan de torpezas y fracasos. Sentimos nuestra propia impotencia y limitaciones, y tomamos conciencia que sin el concurso del ESPÍRITU nada podemos lograr.

Necesitamos ser fiel en lo pequeño, en lo ordinario, en lo que tenemos delante de nosotros, en lo de cada día. Pues no vayamos a arreglar el mundo cuando nuestra casa anda desarreglada. Nos empeñamos en hacer obras de cierto alcance notorio, cuando en nuestro propio entorno y ambiente dejamos mucho que desear. ¿No es lo primero lo que tengo cada día presente en mi vida?

Si no respondemos en lo que tengo que responder cada día, las cosas que me ocurren desde mi despertar a volver a dormir, con aquellos con los que mi vida tiene relación, familia, trabajo, amigos... ¿Con quién voy a responder? Es en las cosas pequeñas, las de mi vida ordinaria, en las que tengo que responder, pues quien es fiel en las cosas pequeñas será capaz también de responder en otras mayores.

Despertar a mis responsabilidades comunes, de 
cada día, es la tarea que debo poner
en el primer lugar de mi vida.

Sintiéndome incapaz de hacerlo yo sólo, te
imploro, ESPÍRITU SANTO, me asistas
y me des las fuerzas de ser
fiel en lo pequeño. Amén

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